No busques excusas cuando tienes recursos limitados, trabaja con esos recursos para conseguir tus metas y jamás detenerte. Adáptate a las nuevas situaciones y juega con las cartas que tienes. Deja de quejarte por los talentos con los que no fuiste bendecido, por el dinero que no heredaste, por el tiempo que no tienes, por las condiciones físicas de las que careces o por la inteligencia que no está codificada en tus genes. Busca lo bueno que tienes y avanza.
No caigas en la zona de confort. Busca siempre mejorar y lograr tus sueños más difíciles. No sobrevivas simplemente a este mundo. Vive con todo tu cuerpo, con toda tu mente y con todo tu espíritu. No te conformes y sigue mejorando.
“Al final, cuando las fuerzas flaqueen, cuando ya no sientas que puedes hacer nada, cuando no sientas aliento ni energías, en ese último momento cuando pienses que ya esto se terminó, en ese justo instante, brillará la luz en medio de la tiniebla”.
El día que renuncias a tus sueños es el día que renuncias a ti mismo. Nunca te rindas, sigue tus sueños, a pesar de que los obstáculos sean muy fuertes, dalo todo por llegar al final.
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